Dianética, aunque está de acuerdo con ambos preceptos, es una doctrina que va mucho más lejos. Ha demostrado que el nacimiento no es ni de lejos el trauma más temprano y que las más importantes de las experiencias más tempranas están en el periodo prenatal, particularmente en el mes que sigue a la concepción.
Dianética, aunque está de acuerdo con ambos preceptos, es una doctrina que va mucho más lejos. Ha demostrado que el nacimiento no es ni de lejos el trauma más temprano y que las más importantes de las experiencias más tempranas están en el periodo prenatal, particularmente en el mes que sigue a la concepción.
Dianética demostró también que las partes más graves de las experiencias prenatales son aquellas que contienen pesar o inconsciencia. Tienen un poder de mando literal más que simbólico sobre el individuo. Las órdenes provienen de las
palabras exactas de la experiencia.
El psicoanálisis usa como su objetivo y técnica terapéutica traer a la consciencia estos recuerdos ocultos con el propósito de entenderlos y entender su influencia. Tiene la esperanza de obtener una profunda comprensión con la que analizar y posiblemente anular sus efectos.
Dianética lo aborda desde el mismo enfoque pero de un modo mucho más incisivo, preciso y eficaz. No realiza intento alguno por analizar el efecto de un incidente sobre la vida de una persona. Le demuestra constantemente que la persona misma es la mejor capacitada para entender el efecto que cualquier incidente haya tenido sobre ella, una vez su mente analítica haya contactado claramente con el incidente. Un auditor de Dianética, a diferencia del psicoanalista, no hace esfuerzo alguno por explicar las experiencias traumáticas. Él meramente ayuda a sacarlas a la luz y a borrar su nocivo poder mediante la técnica de relatar repetidamente.
Esto es igualmente cierto de los incidentes que contienen pesar, puesto que Dianética ha descubierto que el pesar puede con la misma facilidad instalar recuerdos ocultos de contenido aberrativo. Relatar con Dianética la pérdida de un ser amado es suficiente para aliviar a la persona del peso que, desconocido hasta entonces, oprime su mente.
El psicoanálisis, que varía de escuela a escuela, basa su técnica en deliberar, interpretar y señalarle al paciente la naturaleza y significado del material recuperado de su vida temprana. En cantidades que varían con cada una de las escuelas, enseña que gran parte de este material, particularmente el relacionado con el nacimiento y la vida intrauterina, es pura fantasía y no tiene valor literal.
Dianética, por otro lado, pone un considerable énfasis en que el auditor no evalúe los datos del individuo y en los peligros de violar este código. Sostiene que los datos del preclear son los datos literales de la experiencia en si.
De nuevo, el psicoanálisis divide la personalidad humana en varios elementos, como el
id, el
ego y el
superego. Estas entidades están definidas de forma muy burda y se considera que poseen ciertas cualidades místicas e incognoscibles en cuanto a sus detalles. Pero Dianética le coge cariño a la buena, responsable y autonoma
personalidad básica, y encuentra que las fuerzas aberrativas no son más que el contenido de los
engramas, que, como se afirma en artículos previos, son los recuerdos a nivel celular de experiencias desagradables durante la inconsciencia.
El psicoanálisis no reconoce el concepto de una cura, debido quizás a su incapacidad para penetrar en el periodo prenatal mediante sus métodos y menoscabar con éxito los recuerdos de experiencias traumáticas en esa área. Pero Dianética
tiene un concepto que es alcanzable: el Clear de Dianética, una persona que ha borrado todos sus engramas y, liberado de la fuerza aberrativa de estos, es capaz de funcionar de acuerdo con su naturaleza básica humana.
Dianética, por lo tanto, encuentra que la naturaleza humana es fundamentalemente buena y que su energía impulsora básica se ejerce a lo largo de una gama que va desde
uno mismo en un extremo hasta el
pensamiento universal en el otro. Este impulso básico se considera normalmente que está canalizado en las cuatro dinámicas de uno mismo, el sexo y la familia, el grupo y la humanidad de manera global.
Finalmente, Dianética incluye en su ámbito el campo de las enfermedades psicosomáticas, conectadas de forma poco precisa en la teoría psicoanalítica. Dianética demuestra que estas enfermedades provienen del contenido literal de los engramas y que no son nada más que manifestaciones de su fuerza aberrativa.
En resumen, Dianética integra en un patrón básico nuestro conocimiento completo de la personalidad humana y su funcionamiento normal y anormal. Es más, Dianética requiere de una pequeña fracción del tiempo consumido por otros métodos y está al alcance del público lego en general tanto a nivel intelectual como económico.
L. Ronald Hubbard